Siempre son relevantes los descubrimientos que hace la NASA de objetos y fenómenos que en el espacio suceden, sin embargo no queda de lado lo que aquí, en nuestro planeta y más cerca de nosotros pasa, es el caso de un misterioso cráter en el desierto del Sahara.
Denominado "Estructura de Richat" un extraño accidente geográfico circular ubicado en medio del desierto del Sáhara, en Mauritania, que nos descubren en el blog "La brújula verde".
Situada a una altitud de entre 400 y 450 metros sobre el nivel del mar, esta estructura con forma de espiral posee un diámetro de casi 50 kilómetros y fue fotografiada por primera vez desde el espacio en 1965.
Se creía que podría ser el resultado del choque de un meteorito sin embargo, nunca se han encontrado evidencias de ese hipotético choque en su interior, por lo que cuatro años después de su descubrimiento, una investigación concluyó que su origen tenía que deberse a un fenómeno terrestre.
En la actualidad, la teoría aceptada es que se trató de una erupción frustrada, en la que el terreno no pudo soportar el peso de las rocas y la tierra se hundió. Tras muchos años de erosión, la estructura acabó adoptando esa forma tan inusual y misteriosa que le ha valido el apodo del "ojo del Sahara" y que la ha convertido en un punto de referencia para todas las misiones espaciales.
Fuente: ABC/jm
Denominado "Estructura de Richat" un extraño accidente geográfico circular ubicado en medio del desierto del Sáhara, en Mauritania, que nos descubren en el blog "La brújula verde".
Situada a una altitud de entre 400 y 450 metros sobre el nivel del mar, esta estructura con forma de espiral posee un diámetro de casi 50 kilómetros y fue fotografiada por primera vez desde el espacio en 1965.
Se creía que podría ser el resultado del choque de un meteorito sin embargo, nunca se han encontrado evidencias de ese hipotético choque en su interior, por lo que cuatro años después de su descubrimiento, una investigación concluyó que su origen tenía que deberse a un fenómeno terrestre.
En la actualidad, la teoría aceptada es que se trató de una erupción frustrada, en la que el terreno no pudo soportar el peso de las rocas y la tierra se hundió. Tras muchos años de erosión, la estructura acabó adoptando esa forma tan inusual y misteriosa que le ha valido el apodo del "ojo del Sahara" y que la ha convertido en un punto de referencia para todas las misiones espaciales.
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