Hablar solo puede parecer extraño porque existe la tendencia de asociarlo como señal de enfermedad mental.
Sin embargo, según indican cada vez más investigaciones, tener un diálogo contigo mismo te puede ayudar a recuperar recuerdos, tener seguridad en ti mismo y una mayor concentración, entre otros beneficios.
“No es algo que se haga irracionalmente”, apunta Gary Lupyan, un profesor asociado de psicología de la Universidad de Wisconsin, EE.UU. y estudioso del impacto de escucharnos a nosotros mismos sobre la memoria.
EJEMPLO:
Aunque todos sabemos a qué se parece un plátano, decir la palabra en voz alta ayuda al cerebro a activar información adicional sobre ese artículo, incluyendo cómo se ve.
Por supuesto que vamos a encontrar de todos modos el plátano, pero lo haremos más rápido si lo mencionamos. “Decir un nombre en alto es una poderosa clave de recuperación”, destaca Lupyan.
“Piensa en eso como un indicador para una parte de información en tu mente. Escuchar el nombre exagera lo que podría suceder normalmente cuando solo lo traes a la memoria. El lenguaje impulsa ese proceso”.
En 2014, Ethan Kross, de la Universidad de Michigan, publicó una investigación señalando que dialogar solos puede hacernos sentir mejor sobre nosotros mismos y darnos una confianza que nos puede ayudar a enfrentar duros desafíos.
Sin embargo, para que eso funcione tenemos que decir las palabras correctas.
EN TERCERA PERSONA
Conjuntamente con varios colegas, Kross condujo una serie de experimentos con personas que describían experiencias emocionales, utilizando sus propios nombres o palabra como “tú”, “él” y “ella”.
Y encontró que hablar en la tercera o segunda persona ayudó a las personas a controlar mejor los sentimientos que cuando se referían a sí mismos en primera persona.
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